31 octubre 2012

Política y Discursos/Citas:¿Afinidad o uso?/Por Marcos Mayer


Citas: ¿Afinidad o uso?

El repertorio de las citas habla menos de una afinidad que de un uso. El desplazamiento de una liturgia respetada desde siempre y desde todos los sectores del peronismo no puede interpretarse simplemente como una abjuración de las viejas tradiciones sino que habla de una necesidad de cambio de herramientas.


 Por Marcos Mayer*
 (para La Tecl@ Eñe)



Arturo Jauretche es una cita constante en el discurso presidencial donde Perón no aparece y Evita es más una actitud que palabras del pasado a las que se apele para sostener las actitudes presentes. La marchita no se canta en los actos de los que participa Cristina. Este desplazamiento de una liturgia respetada desde siempre y desde todos los sectores del peronismo –la practicaron Montoneros y menemistas, para pensar en términos antagónicos- no puede interpretarse simplemente como una abjuración de las viejas tradiciones y un alejamiento irreversible de la línea histórica del justicialismo (como sostienen los representantes del llamado peronismo histórico o federal) sino que habla de una necesidad de cambio de herramientas. El repertorio de las citas habla menos de una afinidad que de un uso. Seguramente Perón tenía pocas coincidencias con Lenín cuyo “sólo la organización vence al tiempo” era una constante en su discurso cuando buscaba articular los distintos sectores del peronismo.
La elección de Jauretche se acentuó a partir de los conflictos de la 125. Un episodio que marca una ruptura de aguas (creo que más en términos discursivos que políticos y sociales) en la sociedad argentina. Allí Buzzi lo citó y Aníbal Fernández le replicó que a Jauretche lo avergonzaría formar parte del discurso agrario. Luis D’Elía criticó que Beatriz Sarlo lo ninguneara. Braga Menéndez sostuvo que de estar vivo Jauretche sería kirchnerista, algo que no se atrevería a decir respecto de Perón o de Evita.
Esta incorporación  se puede ver replicada en las redes sociales, donde quienes adhieren al gobierno, en especial después de las cacerolas prefieren esta cita a todas las demás, de manera casi abrumadora: “odian las minorías, porque conquistar derechos provoca alegría, mientras perder privilegios provoca rencor.” A diferencia de Perón, Jauretche sirve para moralizar, utilidad a la que habría que sumarle su incansable crítica a las clases medias (sobre todo las urbanas) y su cuestionamiento de la prensa tradicional. Queda de lado, aunque alguna vez Cristina haya aludido a ella, la idea de “colonización pedagógica” que se reitera a lo largo de los libros.
El cambio de sistema de citas responde a un posicionamiento diferente dentro de un país que se imagina como partido al medio, Jauretche provee a la autoafirmación del oficialismo una serie de valores que tienen la ventaja de formar parte del sentido común. Del otro lado no parece haber a ver a quién citar. Felizmente algunos viejos paradigmas –como Aguinis o Mariano Grondona- han terminado de craquelar y como contrapartida discursiva está la sátira devaluada de Lanata y los intentos (no siempre logrados) de construir una mirada opositora racional por parte de Beatriz Sarlo y en menor medida, de Caparrós.
En ningún caso parecen puntos de partida para pensar la situación de un modo superador que permita pasar de este momento de ruptura y cruce de acusaciones a la construcción de nuevos discursos que si apelan a las citas no sea a la hora de calzarse el uniforme.

*Periodista

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