08 septiembre 2009

Entrevista/ Adriana Amado Suárez - Por Conrado Yasenza


Entrevista a Adriana Amado Suárez
La publinota o el periodismo sin iniciativa


(para La Tecl@ Eñe)
Adriana Amado Suárez es Investigadora y profesora en la Universidad Nacional de La Matanza y docente de postgrado en universidades de Buenos Aires, La Plata y Córdoba. De formación en Letras (UBA), cuenta con una Maestría en Comunicación y un doctorado Ciencias Sociales en FLACSO.

En esta entrevista Amado Suárez analiza las prácticas discursivas que atraviesan tanto el universo político como el de los medios de comunicación; reflexiona sobre la relevancia de la palabra en contextos de crisis de los relatos comunicacionales y nos ofrece su visión sobre el tratamiento del proyecto de ley de Medios Audiovisuales

Por Conrado Yasenza



- Para comenzar me interesa saber si los intelectuales generan hoy prácticas capaces de intervenir en la realidad.


- No tengo tan claro el alcance de la expresión intervenir en la realidad. Si hablamos de incidencia en políticas públicas, creo que ha sido por activa la participación de los intelectuales en los últimos tiempos. Ahora, no podemos olvidar que estamos en sociedades donde los intelectuales formamos parte de un sector cada vez más privilegiado, en la medida en que ocupamos uno de los extremos separados por las brechas infocomunicacionales. El acceso al conocimiento y a la información es privilegio de un grupo, y no podemos olvidar que en todo el mundo el porcentaje de gente por fuera de sus derechos elementales aumenta día a día. No puedo dejar de preguntarme cuánto de la reflexión intelectual de las últimas décadas ha mejorado la calidad de vida de nuestras sociedades, y desde esa perspectiva, la intervención efectiva en la realidad social no parece haber sido lo suficientemente contundente. Y me pregunto también si la distancia creciente entre la clases excluidas y las privilegiadas no atenta contra esa posibilidad de transformación.

- ¿Qué importancia adquiere el lenguaje, la palabra, en el contexto de crisis de paradigmas en la actualidad?
- La palabra es el elemento central de los intercambios sociales y humanos, sin embargo, poco se hace últimamente para garantizar una completa competencia lingüística en la formación de todos los ciudadanos. Entre los docentes es cada vez más repetida la queja por las dificultades de comprensión y expresión de los estudiantes universitarios. Ni qué decir entre aquellos que no acceden al grado superior de formación educativa. Entonces, la duda que me surge ante la pregunta es si la crisis del lenguaje es causa o consecuencia de las crisis de los otros paradigmas. El quiebre que han tenido a fin de siglo todas las instituciones de la modernidad, entre ellas, la educación universal que viene desde el siglo XIX, nos obliga a repensar los alcances de la educación en este siglo. Muchas veces se atribuye a los medios electrónicos la causa principal del deterioro del lenguaje y la pérdida de referencialidad de la escuela como institución, sin embargo, creo que las causas son más profundas, y no solamente mediáticas.

- ¿Cómo influyen las prácticas discursivas del poder político, las cuales atraviesan el entramado cultural de nuestra sociedad, y cómo se organiza una cultura desde las premisas de una economía de mercado cuya directriz es la industria cultural?
- Creo que lo que ocurre es al revés: que la industria cultural esté atravesada por la economía de mercado (y no a la inversa, como se pregunta), no significa que haya que reducir el concepto de cultura a ese campo. Es curioso que aun los críticos más acérrimos del liberalismo terminen aceptando las categorías de mercado y de consumidor para definir la totalidad de intercambios sociales. Creo que los actores de poder político y económico están presos de esa lógica, pero hay infinidad de otros actores, olvidados del mercado y la política que están tratando de construir otros espacios y otras formas de cultura. No podemos olvidar que la industria cultural tradicional tiene su economía en jaque: no hay empresa mediática que no esté endeudada, ni industria relacionada con el viejo esquema de la propiedad intelectual que no esté preocupada por su destino. Por supuesto que es un paradigma muy poderoso, pero también es cierto que hay circuitos alternativos de comunicación que van a redefinir el sistema. Todavía es muy pronto para saber hacia donde se va, pero lo que no podemos obviar es que son los propios actores políticos los que siguen concediendo a las industrias culturales el pulmotor que las sigue manteniendo vivas, con extensiones indebidas de licencias, facilidades impositivas, condonaciones de deudas, etc.


- ¿Cuáles son esos circuitos alternativos de comunicación?

- Los circuitos alternativos están en las desorganizaciones (que vienen a reemplazar las organizaciones sólidas de la modernidad): las agrupaciones de artistas, los emprendimientos comunitarios, las cooperativas de diseño y arte, los blogs y sus agrupaciones, los encuentros de gente en talleres y prácticas artisticas y literarias, entre un montón de espacios de vinculación de gente más allá de las instituciones. Creo que la crisis del cambio de siglo agudizó el ingenio para responder a crecientes necesidades de realizaciones por fuera de lo material. Esto se ve especialmente en los barrios más pobres, donde la devastación económica y social invitó a mucha gente a generar cosas para revertir la situación. La cooperativa de Toty Flores o El Culebrón Timbal son muy buenos ejemplos salidos de lo más duro del conurbano bonaerense.

- ¿Cuál es, a su entender, la lógica de los mass-media en cuanto al tratamiento de la información?


- Los mass media se han convertido en publicadores de información que producen otros. No existe en las redacciones el periodismo en el sentido moderno de productor genuino de información. A lo sumo funcionan como editores de la información que se produce como iniciativa de las grandes fuentes y de los agencias de comunicación. Ya no existe la investigación periodística en los grandes medios, que se fue corriendo a los libros o a algunos sitios web. Los grandes medios corren detrás de los anuncios y gacetillas que les envían sus anunciantes, y abandonaron el nicho de la información para instalarse cómodamente en la publinota. La mayoría de los medios comerciales son eficientes difusores de publicidad y prensa institucional, que han convertido en el eje de su negocio. El periodismo ha perdido su iniciativa.

- ¿Y qué relación existe en la actualidad entre periodismo, conocimiento y cultura?

- Si la cultura que aparece en los grandes medios es la que empujan las novedades editoriales, si la agenda cultural la marcan las promociones de artistas, no hay mucha relación. Si entendemos periodismo como el reporte reflexivo de los acontecimientos contemporáneos, quizás haya que pensar que el periodismo se corrió de los medios y hoy se ejerce en otros espacios que sí producen conocimiento y hacen circular la cultura.

- ¿Cómo observa el fenómeno de Internet y su relación con la difusión de ideas culturales? Tiene alguna posición tomada frente al auge de blogs y revistas digitales?

- Me parece que es el ámbito más activo y más genuino, aunque todavía tiene un grado de entropía que no permite que dé el salto de las comunidades virtuales a la opinión pública. Sin embargo, no dejan de ser una usina de ideas y de intercambio.

- Retomando la vieja idea de los medios como instrumentos manipuladores, ¿ qué es lo que ocurre con la capacidad de reelaborar el mensaje, de decodificarlo y reasignarle otra finalidad?

- Como vos señalás, es una "vieja" idea, que no creo que describa la realidad de un sistema mediático saturado, sin un centro definido, y con niveles de lectoría y de audiencias decrecientes. Me parece que seguir alimentando la fantasía de la manipulación sólo alienta a que se derroche dinero público en el sistema mediático privado, en campañas publicitarias que pese a su repetición y ubicuidad no parecen arrojar los resultados deseados. Un ejemplo interesante para reflexionar es por qué las campañas de educación vial (que estuvieron al tope de la inversión oficial en 2008) no tienen los mismos efectos que las publicidades de alcohol o de autos que toman velocidades ilegales. Un análisis concienzudo nos demostraría que hay otras motivaciones más allá que el mensaje publicitario que hacen que a un joven le atraiga salir a correr picadas con un auto, a pesar de que se le advierte que eso lo mata. ¿Por qué una campaña "manipula" y la otra no llega a convencer? ¿Si usan el mismo canal y los mismos recursos publicitarios? Seguramente porque el medio no es el mensaje, y a su indiscutible poder en la instalación de temas y miradas, hay que sumar otros factores de poder para suponer efectos más o menos homogéneos, pero que no llegarían a encuadrarse en esa vieja categoría de manipulación, tan relacionada con los sistemas de medios de regímenes totalitarios.
En nuestras sociedades el poder más fuerte lo tiene lo económico y el marketing, y la promesa de felicidad de una publicidad de auto es un mensaje con el que no puede competir ninguna campaña de concienciación, especialmente cuando son demasiado realistas y nos muestran la muerte, es decir, aquello de lo que todo ser humano cree que puede escapar. Margarita Riviere tiene un artículo fantástico donde señala que los medios suelen mostrar el paraíso en las publicidades y el infierno en los noticieros. ¿A dónde nos gustaría estar? Si a eso sumás que hasta los gobernantes nos miden por nuestra capacidad de compra (¿o qué es la línea de pobreza?), vemos que la vara del mercado es la que se impone. Los medios son arietes de esta fuerza, pero son medios, están a su servicio, pero no son la causa.

- ¿Qué opinión le merece el proyecto de ley de Medios Audiovisuales?

- La ley es la gran deuda de la democracia, deuda de la que son corresponsables los políticos y los medios. Su sanción es un deber cívico, pero que debe hacerse en el mayor de los respetos por los derechos de todos los ciudadanos. Creo que ha sido ejemplar, y que podría replicarse para otros proyectos necesarios para la democracia, la celebración de foros, y es esperable que ese espíritu democrático de sumar las sugerencias de todos, aunque no sean mayoría, se mantenga en la discusión en el congreso, que es el órgano que la democracia establece para la participación ciudadana.

- Para finalizar si hay palabras que han perdido su valor, su peso simbólico, ¿cómo se representa y explica el mundo hoy?
- Suscribo la idea de Scott Lash de que no estamos en tiempo de representaciones sino de "presentaciones": este sociólogo observa que en la actualidad los medios “No son espejos de situaciones sino extensiones de situaciones en otra parte". Hoy vemos que los noticiosos televisivos son menos una representación de la política que su continuación en otra parte, parafraseando a Lash. El debate pre electoral que se da en el canal de cable, solo existe ahí, y no tiene consecuencias fuera de ese espacio, en el sentido de que ninguno de sus participantes se sienten obligados a respetar los compromisos o las ideas que allí hayan expuesto. De la misma manera, que una noticia sobre un anuncio gubernamental no obliga a su cumplimiento. Ni siquiera invita al medio a su seguimiento.

Entrevista realizada por Conrado Yasenza
Agosto de 2009