05 septiembre 2008

Entrevistas/ Rubén Drí/Conflicto Agropecuario - Por Conrado Yasenza

Entrevista a Rubén Drí

Conflicto agropecuario: Esmerilar al gobierno para someter al Estado.

Por Conrado Yasenza

Rubén Dri, Filósofo, Teólogo y Docente de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA), reflexiona en este reportaje sobre el conflicto entre el Gobierno y el Campo. También nos brinda su opinión sobre la relación actual del gobierno con la Iglesia y sobre el futuro de los movimientos sociales.


Fotos: Conrado Yasenza



-¿Cuál es su opinión sobre los acontecimientos vinculados al conflicto entre el campo y el gobierno?

-No ha habido ningún conflicto entre el campo y el gobierno, sino un lock out de más de tres meses, insólitamente agresivo, desabastecedor, que cortó rutas, que amenazó, que determinaba quién podía pasar y quién no; lock out realizado por las corporaciones agrarias contra el Estado. La finalidad claramente manifestada en los hechos y las palabras era esmerilar al gobierno al máximo para finalmente someter al Estado, de tal manera que éste tuviese ninguna posibilidad de intervenir en los negocios de las grandes corporaciones. Entre los triunfos de las corporaciones se encuentra el triunfo cultural, referido especialmente al lenguaje que logró hacer pasar como “el campo” lo que en realidad es las grandes corporaciones dirigidas por la Sociedad Rural y sus monumentales negocios.

-¿Qué diferencias sustanciales encuentra entre aquella sociedad movilizada del 2001 y la actual, en donde daría la impresión que las movilizaciones contaron con masas artificiales?

-Las movilizaciones del 2001, que tuvieron su máxima expresión en la pueblada del 19-20 de diciembre de 2001, fueron movilizaciones que partían del corazón, de la pasión, de la rabia, del hartazgo de buen número de sectores populares y medios. Expresaban la necesidad de un cambio radical de las políticas, expresada, a la verdad, de una manera anti-política. En las movilizaciones actuales hay que distinguir de las de la derecha o nueva derecha y las de los sectores populares. La primera ha arrastrado a grandes sectores de la clase media alta. Lo ha hecho con entusiasmo, con un sentido golpista, desestabilizador y despreciativo hacia los “negros”. Las movilizaciones populares fueron masivas, pero sin el entusiasmo de las correspondientes al 2001. Les falta a los sectores populares sentirse y ser partícipes de un proyecto nacional que los tenga como protagonistas.

-¿Cree Usted que se ha conformado algo así como un movimiento de derecha con cierta base anclada a las clases medias y medias altas?

-Es así, sin duda alguna.


-¿Qué opina del tratamiento del conflicto campo-gobierno por parte de los medios de comunicación?

-Los grandes medios de comunicación, diarios, TV, radio, están todos en manos de la nueva derecha. Se han volcado sin matices a favor de las corporaciones agrarias y no pierden oportunidad de golpear al gobierno de todas maneras.

-¿Cómo analiza la relación actual entre Gobierno o Estado Nacional y la Institución Iglesia Católica?

-Finalmente ha llegado un gobierno que no se ajusta a todos los mandatos de la Iglesia Católica, sino que le pone ciertos límites. Ello ha sido la causa de una cierta conflictividad cuyo final todavía no se visualiza.

-En su opinión, ¿hay una vuelta a doctrinas anteriores a la generada a través del Concilio Vaticano II

-Con el largo, muy largo pontificado de Juan Pablo II, se puso en marcha el proyecto de cerrar definitivamente el Concilio Vaticano II y volver a las concepciones más retrógradas. El ideólogo de este proyecto no es otro que Ratzinger, de las denominada “Congregación para la Doctrina de la Fe” y que ahora, como Benedicto XVI, lleva a su culminación dicho proyecto.

-¿Cuál es su conclusión con respecto al panorama social y político de aquí en adelante?

-El panorama actual se nos presenta con una derecha engreída, agresiva, golpista que no mira en medios para debilitar al gobierno y someter al Estado; un gobierno debilitado, fuertemente golpeado, con el enemigo adentro, y un movimiento popular increíblemente fragmentado. Ello no significa que el movimiento popular no pueda recuperarse. Hay mucha creatividad, faltan las articulaciones.

Rubén Dri es Filósofo, Teólogo y Docente de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA). Es autor, entre otros libros, de Proceso a la Iglesia Argentina: las relaciones de la jerarquía eclesiástica y los gobiernos de Alfonsín y Menem

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