07 septiembre 2010

Comunicación y Medios/Oscar Bosetti/El proceso para construir la realidad informativa

Del acontecimiento a la noticia:
El proceso para construir la realidad informativa

“La noticia es lo que los periodistas creen que interesa a los lectores,
por tanto, la noticia es lo que interesa a los periodistas”.
I. Herraiz


Por Oscar E. Bosetti [1]
(para La Tecl@ Eñe)


La actualidad periodística

Cada mañana o en diferentes momentos del día, los ciudadanos que desean informarse recorren las páginas de un diario, escuchan las voces de las radios, ven la pantalla televisiva o encienden la computadora en su casa o en su lugar de trabajo. Cada uno de estos individuos realiza el consumo de una mercancía un tanto especial y con fecha de vencimiento próximo: las noticias. A cambio de un desembolso económico, de manera gratuita o mediante el pago de la atención que se computa en índices de audiencia para el mercado publicitario, reciben una serie de mensajes. Esta información va a delimitar, en cierta manera, su horizonte de conocimientos.

Los propios mass media son los primeros que se presentan como los transmisores de la realidad social. La virtualidad del discurso periodístico informativo está en sus pretensiones referencialistas y cognitivas. Este tipo de discurso se autodefine como el transmisor de un saber muy específico: la actualidad. Este acontecer social cotidiano que se ha definido como la actualidad debe ser objeto de una pronta y necesaria desmitificación. Si conceptuamos la actualidad no ya como todo aquello que sucede en el mundo y que pudiera ser transformado en noticia, sino únicamente los acontecimientos a los que tienen acceso los medios de comunicación, aun así la actualidad, transmitida en forma de noticias, no es más que una pequeña parcela de estos acontecimientos.

Todos nos vemos obligados a acceder al conocimiento de cierto entorno a través de esa actualidad. La teoría de la construcción del temario (conocida como agenda-setting) apunta claramente que es muy posible que los mass media no tengan el poder de transmitir a las audiencias cómo deben pensar o actuar, pero lo que sí consiguen es imponerle a la gente lo que han de pensar. Por ello, en principio, se puede afirmar que la efectividad del discurso periodístico informativo no está en la persuasión (hacer creer) o en la manipulación (hacer hacer) sino, sencillamente, en hacer saber, en su propio hacer informativo.

En el estudio de este hacer comunicativo del discurso periodístico informativo hay que tener en cuenta que nos encontramos ante un discurso social y, como tal, inserto en un sistema productivo. Este sistema productivo tiene sus propias características que se deben estudiar. Pero hay que recordar que la manufacturación de la noticia es un proceso compuesto de tres fases: la producción, la circulación y el consumo.

El estudio tradicional de la noticia limita el papel de los medios masivos al de meros transmisores de mensajes. En ese contexto, el periodista sería un mensajero. También se ha planteado el consumo de la información, pero sin tener en cuenta que es una fase participante del proceso de construcción de la noticia. Empero, la producción es, sin duda, el aspecto menos tratado en los textos dedicados a la historia del periodismo.

En primer lugar, la producción de la información es una actividad compleja que se realiza, de forma industrial, en el seno de una institución reconocida socialmente. Sin embargo, nos encontramos ante la fase oculta de la construcción de la noticia. Los propios medios de comunicación son los primeros que no muestran claramente su proceso de producción. La autoimagen que pretenden transmitir de su trabajo es la de recolectores y transmisores de la información. Su actividad se reduce a la búsqueda de noticias y a la utilización de una tecnología para su difusión.

En segundo lugar, no se puede desligar la producción del consumo informativo. Desde una perspectiva estrictamente semiótica cabría hablar de reconocimiento. Sin embargo, el concepto consumo hace derivar los análisis al campo de los efectos de la comunicación. El lector actualiza el discurso periodístico enmarcándolo en el género informativo correspondiente. Toda actividad discursiva presupone un hacer interpretativo por parte del enunciatario. Así, según Umberto Eco, el autor puede prever una lectura modélica del destinatario. No obstante, el denominado lector empírico, de acuerdo con sus subcódigos, puede llevar a cabo lo que el autor de El nombre de la rosa denomina “decodificación aberrante”. Es decir, el lector tiene la posibilidad de interpretar el texto de forma personal.

En determinada oportunidad el escritor colombiano Gabriel García Márquez recordaba que sus hijos le comentaban una clase de literatura recibida en la escuela sobre la obra de su padre. En la misma, el profesor explicaba que en la novela El Coronel no tiene quien le escriba el gallo que allí aparecía representaba a la revolución. García Márquez se sorprendía de la perspicacia del maestro que había descubierto un simbolismo nuevo para él.

Volviendo a la noticia, dentro de la perspectiva de la construcción social de la realidad, se concibe a la construcción de la noticia como un tipo especial de realidad: es la realidad pública. Desde este enfoque habría que hablar de la construcción de la realidad social. Los periodistas son, como todas las personas, constructores de la realidad de su entorno. Pero, además, dan forma de narración a esta realidad y difundiéndola, la convierten en una realidad pública.


La construcción social de la realidad

La noticia es la narración de un hecho o la reescritura de otra narración mientras que el acontecimiento es la percepción del hecho en sí o de la noticia. La empresa informativa puede entenderse como una industria que tiene como inputs los acontecimientos y outputs las noticias. No obstante, hay que puntualizar que un acontecimiento no es una realidad objetiva, exterior y ajena al sujeto perceptor del mismo. Por un lado, porque los mass media trabajan con noticias que les sirven las agencias de noticias. Y, por otro lado, aunque se dé la percepción directa del hecho por un periodista, éste siempre interpretará la realidad de acuerdo con su enciclopedia. Jorge Luis Borges inicia uno de sus mejores relatos de El libro de arena con la siguiente expresión: “Mi relato será fiel a la realidad o, en todo caso, a mi recuerdo personal de la realidad, lo cual es lo mismo”.

La teoría de la construcción social de la realidad hace referencia a la vida cotidiana. Además hay que tener en cuenta que los acontecimientos son realidades históricas determinadas socioculturalmente, como puede apreciarse en la variación histórica que en los mismos se ha producido. En la actualidad los mass media establecen unos parámetros para delimitar los hechos que cabe considerar como acontecimientos.

Las fuentes informativas desempeñan un papel importante en la fabricación de las noticias. En el periodismo de investigación se pone más de manifiesto esta circunstancia particular. Pero, además, se puede apreciar cómo hay unas fuentes privilegiadas que se consultan de manera recurrente. Esto, inevitablemente, va a determinar el sesgo de la noticia.

También hay que pensar que la morfología de los medios masivos exige el destacar unos asuntos en la primera plana. Estos temas son los que van a tener una mayor repercusión en las audiencias. La opulencia informativa de nuestra sociedad obliga a delimitar los campos de atención de los temas. Sin embargo, hay una serie de temas destacados por el sistema de los mass media que se imponen como los asuntos más relevantes del día.

Resulta interesante desenmascarar el discurso sobre el poder de formación de las empresas informativas o periodísticas. Habitualmente se argumenta que el periodista donde realmente aprende su oficio es en el interior de las redacciones. De esta forma se pretende que el aprendiz del oficio de periodista no acceda a la profesión con un corpus de conocimientos previos que pudieran hacerlo menos dócil para una socialización por parte de la empresa. El interés por el control del personal se pone de manifiesto cuando los propios periódicos se convierten en escuelas de periodismo. No hay que olvidar que nos encontramos ante aparatos ideológicos que construyen la realidad social.

Dos de las problemáticas centrales sobre la producción de la noticia son la de la profesionalidad periodística y la de la objetividad. En este territorio nos encontramos ante dos de las claves que sostienen el concepto liberal de la información. El periodista es un productor de la realidad social. Obviamente, esta concepción choca frontalmente con el tópico tradicional de la objetividad periodística. En el universo de los mass media, la objetividad sigue siendo uno de los mitos más difíciles de derrocar aunque desde hace un tiempo relativamente corto, en nuestro país esta problemática haya adquirido una visibilización mayor a la que tenía en épocas más alejadas.

Evidentemente, el concepto de noticia variará de acuerdo a las características que se establezcan del proceso productivo. “Noticia es una representación social de la realidad cotidiana producida institucionalmente que se manifiesta en la construcción de un mundo posible.” Esta definición, por cierto, pone de manifiesto tanto la construcción de la noticia a partir de los acontecimientos que diariamente se seleccionan como la existencia de una doble institucionalización. La noticia se produce en una institución informativa que supone una organización compleja. Pero, a su vez, el rol de los mass media está institucionalizado y tiene la legitimidad para producir la realidad socialmente relevante y dominante. Aquella misma que, como la acción de un paciente alfarero, consigue imponerle a la gente lo que ha de pensar.


[1] Profesor Titular e Investigador de la Historia de la Radiofonía Argentina. Universidad de Buenos Aires, Universidad Nacional de Entre Ríos y Universidad Nacional de Quilmes. Fundador de FM UBA: 90.5, la Radio de la Universidad de Buenos Aires

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