29 octubre 2010

Hasta Siempre Néstor Kirchner/ Pensamientos Despeinados - Editorial

Hasta siempre Néstor Kirchner

Pensamientos Despeinados

Por Conrado Yasenza


I- Néstor Kirchner irrumpió en la vida política nacional como una flecha anómala. Una flecha que hizo centro en el corazón de una Argentina desmembrada. Una aparición que el destino nos arrojó sin certezas, como suele hacer siempre el destino, en el momento exacto en el que el infierno nacional no era para nada encantador. A Néstor Kirchner el destino le ofreció como única herramienta el hacer de las convicciones una práctica. Un martillo de constructor. Alrededor de él, las contingencias de un país abrumado por una sucesión de fracasos y traiciones políticas. Afrontó el destino y comenzó a construir, con aciertos y errores, pero comenzó a construir. Y una vez que empezó no paró más, pensando que el futuro era el presente. Y cómo acción real y símbolo incontrastable del camino que recorrería queda la orden dada por El Presidente de La Nación al jefe del Ejército, General Bendini, para que descolgase los cuadros de los dictadores Videla y Bignone del Colegio Militar.

II- Quien escribe estas líneas, este periodista, miró con entusiasmo inicial pero con desconfianza también, a aquel raro Presidente Argentino. Los editoriales de la revista que fundó en 2001 dan cuenta de ello. No le creyó del todo. Pero el constructor siguió en su marcha sabiendo del escaso poder real de entonces y derogó las leyes de la Impunidad. Abrazó a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo y ya entonces Memoria Verdad y Justicia dejaron de ser una expresión de deseos siempre traicionada para convertirse en una verdad irrefutable que habilitaría los juicios a los genocidas que hoy se realizan en el país. Comenzó entonces a sumar poder popular, real, y siguió bastoneando esta vez para reformar la Constitución y promulgar una nueva e independiente Suprema Corte de Justicia. Allí estaba, no hay que olvidarlo, Nazareno, el lobo pérfido de una Corte plasmada en servilletas de papel. Pero el constructor siguió inquieto, y transformó la ESMA en el Museo de la Memoria, espacio otorgado a las Madres.

III- Los medios masivos de desinformación se dieron cuenta entonces del gran enemigo que les había surgido; alguien que tenía la convicción de ejercer el poder de manera real y no gobernar para ellos y sus intereses económicos. Comenzó la construcción mediática de la figura del monstruo populista, del caudillo prepotente, antidemocrático; del nuevo exponente de la barbarie del Siglo XXI. Y de nuevo Sarmiento y los Mitre. Para ser rigurosos, algo intuyó inicialmente Claudio Escribano, sub-director editorialista de La Nación, sobre el peligro del bárbaro, y vaticinó que el Gobierno no llegaría al año. También Magneto, el mismo que en el momento de mayor debilidad de Raúl Alfonsín, le profirió un certero golpe al manifestarle que no le daría tiempo para llegar a fin de año, que ya era un obstáculo, digo, también Magneto, junto a sus X-Men del periodismo “independiente”, entendió que la antigua fórmula de presión dividida en períodos de dos años, no funcionaría con este personaje encaprichado en ser Presidente y gobernar para el Pueblo. Y apostó a las famosas seis tapas seguidas y negativas de Clarín. Tampoco resultó. Kirchner ya se había lanzado al futuro adueñándose del presente. Y la historia que sigue ya la conocemos: Cristina Fernández envió al Congreso la Ley de Medios Audiovisuales, promulgada por las dos Cámaras, que hoy sigue siendo obstaculizada. Recordé de golpe (mmm) una frase de César Jaroslavsky sobre el Gran Diario Argentino: “Clarín te ataca como partido político y se defiende con la libertad de expresión”

IV- Pero a Néstor Kirchner se le dio por poner en practica esa maldita costumbre que tenemos los humanos y se murió. El día del Censo (El Censo del Mieeedoooo de Mactas); el día en que empezaríamos a saber cuántos y cómo somos los habitantes de nuestro sufrido y maravilloso país. Se murió de repente. Qué terrible manera de ser coherente con sus convicciones y con cierto estilo repentista de hacer política. Se murió haciendo política hasta el final. Ya lo dije: Nada tan absoluto y definitivo como la muerte. Nada tan irreparable. Y enseguida comenzaron las operaciones del vasallaje mediático sobre el cuerpo tibio de Néstor, inerte e inerme allá lejos, en las tierras glaciares del Perito Moreno.
Rosendo Fraga, el secretario privado del dictador Viola, comenzó a marcarle la cancha a la Presidenta: Alejarse de Moyano y los trabajadores y acercarse a las aves negras del neoliberalismo del cual salimos con Kirchner y Cristina Fernández. Nada tan inmundo como Rosendo Fraga y las horripilantes huestes de las corporaciones mediáticas. Pero entonces sucedió la maravilla: La muchedumbre innúmera colmó La Plaza, así, a secas La Plaza, a la que tanto le temen los oscuros mandriles de culos manchados porque saben que jamás podrá ser de ellos. Y el dolor y la angustia y el llanto fue transformándose raramente en alegría; la alegría de abrazarse con el amigo, con el compañero, y sentirse contenido por el calor popular. Mejor es que se vayan aves negras, mejor nos dejan solos, que estamos enamorados de otra muerte. Perdón Silvio, te usé unos versos y los modifiqué un poco.

V- Se murió Néstor Kirchner, el Presidente que asumió con menos votos que el índice de desocupación y pasó a la eternidad despedido por miles de hijos del Pueblo. Nos deja como legado la restitución de la política y la militancia; nos deja como garantía un proceso de soberanía política e independencia económica iniciado en 2003, ratificado y continuado por la Presidenta Cristina Fernández y sostenido por la maravillosa militancia Juvenil que todavía, al terminar de escribir estos pensamientos desprolijos y para nada objetivos, lo viva y lo despide en el Salón de los Patriotas Latinoamericanos, en La Plaza del Pueblo.

Conrado Yasenza
Octubre 29 de 2010