17 diciembre 2009

JUNTADA o FUSIÓN TRIBAL/Wenceslao Maldonado

JUNTADA o FUSIÓN TRIBAL
actitud corporativa de los jóvenes
ante la POESÍA


Por Wenceslao Maldonado
(para La Tecl@ Eñe)
Ilustración: Marcel Duchamp
La Juntada como fuerza de la poesía en los umbrales del siglo XXI, al celebrar los veinte años de APOA.
El martes 1º de diciembre se descubrió en el Rosedal, en lo que se da en llamar actualmente “El Paseo de los Poetas”, una placa con versos de Oliverio Girondo para conmemorar los veinte años de APOA, la Asociación de Poetas Argentinos que en estas dos décadas ha trabajado incansablemente para dar visibilidad a poetas de todas las latitudes de la Argentina.
Y en este marco de celebraciones surgió la feliz idea de reunir a poetas jóvenes, nacidos entre 1979 y 1989 en una amplia “muestra de la nueva poesía argentina” que se dio en llamar La Juntada.
“Existen diferencias bien marcadas con respecto a los poetas noventistas del Siglo XX
”, nos explica Cayetano Zemborain, hasta hace unos días presidente de APOA. Y añade enseguida: “Desde luego que hasta esta altura, puede resultar arriesgado apuntar una tendencia común...”
Pero más allá de querer hablar de características excesivamente definitorias, sí se puede afirmar que en la juventud actual se percibe un fervor de poesía que no recuerdo haber visto en mis cincuenta años de docente, durante los que he acompañado, desde talleres y cátedras de producción de textos y poesía, a adolescentes y jóvenes que se iniciaban en estas lides poéticas.
La Juntada tuvo su lugar de convergencia en el Salón Montevideo de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Por allí pasaron más de cuarenta poetas jóvenes, venidos desde muy diversas provincias (Salta, Jujuy, Chaco, Misiones, Entre Ríos, La Pampa, Santa Fe, Córdoba, Chubut, Río Negro y por supuesto la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma), para leer sus poemas entre el 5 y el 7 de octubre pasado.
Debo reconocer que algunas lecturas me llamaron la atención. Hago referencia apenas a unas pocas: Elisa Gagliano de Córdoba, por su lenguaje cortante y atrevido; Jessica Ruidíaz de Margarita Belén, Chaco, porque sus poemas son como un llamado profundo de contención y ayuda para padres y madres que han perdido a un hijo; Florencia Abadi de CABA, por la perfección de sus versos cincelados como miniaturas; Nicolás Antonioli de Florida, Buenos Aires, porque consigue crear un clima de misterio al borde del hermetismo; Martín Pucheta de Gualeguaychú, Entre Ríos, quien maneja con maestría un humor filoso que se revela de pronto como ironía acusadora. Varios de estos nombres aparecen en la reciente antología Última Poesía Argentina (Ediciones en Danza, 2008), fruto de una prolija investigación de años.
Sería irse muy lejos analizar lo que estos poetas de principios del siglo XXI piensan de la poesía como tal. Desde un número de La Guillotina, periódico de APOA, se escuchan esas voces jóvenes de “La Juntada” que se cruzan polifónicamente para responder a seis preguntas sobre el quehacer poético. La pluralidad de ideas enriquece e incentiva. A la pregunta ¿por qué elegiste la poesía para expresarte?, Salvador Marinaro, por ejemplo, responde: “Siempre me han impactado las imágenes, los sonidos y la comunicación con el otro; precisamente, creo que de eso está hecho el poema, una mezcla que embebe de riquezas los tres elementos”. Con su buen humor característico, Martín Pucheta nos dice: “Porque fue un amor a primera oreja.” Y Nicolás Antonioli, con agudeza crítica, opina: “No es algo caprichoso que uno elija. La poesía surge de la imposibilidad de hablar en otros términos que no sean mediante un lenguaje dotado de artificio y en constante fuga. Es imposible atrapar el poema, desnudarlo y decir por qué nos elegimos.”
Este mismo joven poeta, en una columna que le pertenece sobre poesía post – 2000, apunta en una última apreciación sintetizadora de su nota: “La poesía que se inicia ahora, está sumergida, bucea a estas horas en lo inasible, toma como propios todos los elementos de descarte del s. XX, los reutiliza para sus propósitos estilísticos, el poema no está construido por recursos retóricos enlazados sino que son en esencia concreciones retóricas, cada poema por separado actúa como una extensa metáfora que logra bienherir. Esos conceptos y las palabras no han cambiado, lo que cambió es el uso que se le da a esa unidad mínima de conmoción: el verso.”
Lo interesante de todo esto es que lo digan los mismos jóvenes poetas con convicción, con un entusiasmo tal que a veces se parece más a una mística.
La Fusión Tribal y la modalidad autogestiva de creación cooperativa
Este año comencé a participar en las ediciones de la ya famosa FLIA (Feria del Libro Independiente), que se muestra impresionante en su presentación por los adjetivos con los que se autodefine: alternativa, autogestiva, amiga, anárquica, atea, astringente, amorosa... Y en este perfil, trazado por un equipo de jóvenes que viven de otra manera su mística de creatividad poética, se anotan los objetivos de cada encuentro que la FLIA organiza, “encuentro importante para mucha gente que impulsa y genera otra forma de hacer, vivir y consumir cultura”.
Se acaba de realizar en la Boca, en la Gráfica Patricios (Patricios 1941) la 12ª Feria del Libro Independiente con los límites que impuso la lluvia. Durante 2009 vimos cómo el mismo entusiasmo se vivió en la 10ª FLIA (en el estacionamiento de Sociales) en marzo y en la 11ª (en la fábrica IMPA) en el mes de agosto.
Pero estas formas alternativas las he podido ver en otros eventos que continuamente aglutina o incluso genera, como un desborde de riqueza propia, la misma organización de la FLIA. Días atrás se realizó, por ejemplo, una “jornada-encuentro-feria” de editoriales y escritores en la explanada de acceso a la Biblioteca Nacional para ampliar las perspectivas de producción, difusión y distribución, en forma alternativa a las modalidades que ya conocemos de la “industria editorial”. La poesía es siempre parte de la trama viva de todas estas actividades.
Hace un tiempo, me invitó a participar en estos eventos el Rey Larva, todo un personaje de la Comisión de Prensa y Difusión de la FLIA, y cuyo nombre real, Héctor Santos Goñi, no tiene entidad al lado del ocurrente apelativo con el que es conocido por todo el mundo.
Con el Rey Larva he estado, entonces, en las ediciones de la FLIA del 2009, en desfiles de modas literarias y en ciclos poético-musicales de diverso tipo. Y me topo, en una de esas veces, con “LA FUSIÓN TRIBAL”. Se trata de un ciclo de encuentros organizado por Andy Forino, que a su vez se articula con la música y la poesía de “Lugar fuera del tiempo”.
Fue como un golpe intuitivo, lo confieso, antes de que hiciera demasiados cálculos mentales. “Es el nombre que define perfectamente lo que estoy viendo y lo que he visto en actividades parecidas”, me dije. Fusión, claro está, mezcla en la que los elementos originarios no pierden sin embargo su identidad. Ya nos hemos ido acostumbrando a escuchar este sustantivo, sobre todo en producciones musicales recientes. Y además tribal, una manera, me atrevería a decir que sociológicamente cierta, de adjetivar la idea de pertenencia, de acción cooperativa. Un colectivo que brinda el espacio alternativo necesario para crear en forma corporativa.
“La Fusión Tribal” como tal es un espectáculo de especiales características porque da pie a la improvisación artística, y uno puede escuchar música electrónica con los instrumentos analógicos más extraños. Pero además es posible entrar a un mundo en donde la mezcla se realiza también con artes plásticas, obras de diseño, videos y cortos, mientras se desarrollan performances y puestas escénicas de diverso tipo (con bailarines, recitadores y malabaristas) creando la atmósfera propia de la tribu en fusión. Todo me lo explica Andy y es lo que tengo ante los ojos.
En éste y en tantos otros espacios producidos o derivados del espíritu de la FLIA, la fusión tribal aparece, a mi juicio, dando sentido y explicación a una manera corporativa de producir, de crear y también de editar, publicar, publicitar y distribuir POESÍA. Y no me pongo a hacer disquisiciones sobre si todo lo que se produce es “poético” en un sentido amplio; prefiero referirme simplemente al más tradicional de los significados de poesía: hacer versos y escribir poemas.
Y claro, la poesía está siempre presente, a veces leída a gritos como para que la musicalidad de palabras y versos se vaya trenzando armónicamente con imágenes, sonidos y movimientos. Hasta se hacen improvisaciones a dos o tres voces que sacuden con extraña fuerza.
Podría decir que a aquel fervor de los jóvenes de “La Juntada”, más individualizados y personales en su presentación, y posiblemente más fáciles de señalar como generación, se le suma toda esta otra legión de “fusión tribal”, vinculada a un colectivo de creación, pero en el que también se van sumando nombres con voz propia, original e inconfundible.
Cuántos nombres se leen en el catálogo de libros independientes preparado por Pablo Strucchi para EL ASUNTO una meticulosidad creciente que lo convierte en un listado cada día más imprescindible de consulta. Y no digamos nada de la lista increíble de artista de todo tipo, en especial poetas, que pone en mis manos Andy Forino, más de cien nombres, convocados y convocantes de “Lugar Fuera del Tiempo”.
Haciendo un paneo muy a la rápida, y en base a poetas que he llegado a conocer, podría repetir algunos de esos nombres que me quedaron sonando: Sebastián Kirzner (lo vi y escuché improvisando a toda sangre), Ioshua (que actualmente va y viene de Ushuaia tras los pasos de la revista AJÍ), Alelí Manrique (nombre y voz de flor), Julián Mur (cara conocida desde La Juntada y el Bar Bukowski), Celestial Brizuela (como llegada del cielo con pájaros y todo, que escribe, pinta y filma) y muchísimos más, que aparecen, antes que nada, en el gran afiche de la feria y en las cuantiosas editoriales autogestionadas, sostenidas con habilidad artesanal, y que se arremolinan en la gran fiesta de esta Feria de la libertad.

Algunas primeras conclusiones
No está mal rebobinar lo observado hasta aquí, aunque se trate de un panorama rápido y necesariamente provisorio. Pero enumero algunas conclusiones sobre la poesía joven de la primera década del siglo XXI:
1. La poesía es actual. La industria cultural no ha podido asfixiarla. Por suerte, estos jóvenes poetas son la garantía.
2. Podemos hablar de generación en cuanto el arco de tiempo señalado deja sus huellas, explica reacciones y ayuda a comprender opciones y formas de interacción. Pero también es importante que señalemos la articulación en colectivos que implican fidelidades más o menos corporativas y abren un abanico de riqueza plural.
3. Esta forma de reunirse en un colectivo es también una defensa de la propia identidad, el intento de ser independientes y autogestionarse; es, en definitiva, garantía de libertad creativa.

Confieso que estas conclusiones me parecen muy limitadas y mezquinas en exceso. El tiempo, la observación y el compartir experiencias nos irán enseñando.

Mientras tanto, y como para cerrar esta ya muy larga recorrida, es mejor oír lo que nos proponen algunos de estos poetas jóvenes de hoy.

Florencia Abadi escribe en no nace:
de toda la boca
me arrepiento
—lo que no nace
tampoco se reserva su belleza
para otro mundo—
Y a pesar de todo, pareciera que nacen muchas cosas, un amanecer o una nueva corriente, como sugiere Sebastián Kirzner en TROZOS DEL BLOQUE INICIAL: “La etapa es compleja y hasta confusa. Sólo reduciéndola a líneas fundamentales, trozos del bloque inicial, puedo llegar a una síntesis, en el que la nueva corriente se defina, se limite, se suceda, por sus rasgos más evidentes. Ni posmoderno, ni poscolonial, ni posnacional, ni posdictatorial. Comienza a amanecer.”
Con absoluta economía de palabras, Celestial Brizuela en La Intimidad de los Pájaros declara:
Ya no espera el invierno.
Ella
Floreció
.

Y puede ser ésta la imagen con que nos despidamos, imaginando una poesía que sigue brotando y floreciendo, gracias a esta creatividad inagotable de los jóvenes, y que nos hace repetir con el Rey Larva:
...me gusta así la vida,
y voy a bailar los cielos,
sí,
voy a bailar mientras todos nos miran.

WENCESLAO MALDONADO
diciembre de 2009.

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